Hoy no son las murallas, ni las estatuas en sus pedestales, ni las columnas rotas, ni los palacios del país distante mi plan ni mi objetivo. Hoy la sola razón de mis viajes es la persona que sonríe y llora, que habla y abraza, y sabe desbordarse. Cuanto tengo de humano busca la humanidad, la misma carne, y lo que en ella se refugia y vibra, la idea, el sentimiento, y el mensaje. Ya soy un viajero de la vida; si hay vida en ti, deténme al acercarme.
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Hoy no son las murallas,
ni las estatuas en sus pedestales,
ni las columnas rotas,
ni los palacios del país distante
mi plan ni mi objetivo.
Hoy la sola razón de mis viajes
es la persona que sonríe y llora,
que habla y abraza, y sabe desbordarse.
Cuanto tengo de humano
busca la humanidad, la misma carne,
y lo que en ella se refugia y vibra,
la idea, el sentimiento, y el mensaje.
Ya soy un viajero de la vida;
si hay vida en ti, deténme al acercarme.
F.A.Hidalgo
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